El aprendizaje de las letras, previo a la adquisición de la
lectoescritura, resulta complicado cuando no se pueden percibir las cualidades
del sonido, como es el caso de los niños sordos, por lo que es necesario
apoyarse en la visión y en los gestos que asociamos a cada una de las letras.
Es precisamente esta la función del alfabeto dactilológico, que consiste
básicamente en el deletreo manual de las palabras y las frases. ´
En muchos casos, a pesar de ser especialistas en Pedagogía Terapeútica,
como es mi caso, desconocemos la Lengua de Signos, por lo que ésta puede ser
una alternativa perfecta para la comunicación con nuestros alumnos sordos. Del
mismo modo, los compañeros también pueden aprenderla y así facilitar la
comunicación con su compañero sordo. Por otro lado, también puede ser un complemento para la LSE en el caso de que desconozcamos cómo se signa alguna palabra.
Personalmente, el alfabeto dactilológico me ha sido muy útil en mi vida
profesional ya que a pesar de que muchos alumnos no tienen problemas de
audición, son incapaces de aprender las letras por los métodos tradicionales,
que únicamente se basan en el sonido. En muchas ocasiones, es necesario
acompañar este sonido de un gesto, que los alumnos interiorizan con mucha más
facilidad y del cuál se desprenden de forma progresiva cuando ya no necesitan
su apoyo.
El inconveniente es que es un poco lento, pero los docentes hemos de tener paciencia y al fin y al cabo, lo importante es conseguir comunicarse, no el tiempo que tardemos en hacerlo.
El inconveniente es que es un poco lento, pero los docentes hemos de tener paciencia y al fin y al cabo, lo importante es conseguir comunicarse, no el tiempo que tardemos en hacerlo.
Os dejo aquí un vídeo para que podáis verlo.
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